El hidrógeno azul representa un avance fundamental en el panorama de la producción de hidrógeno, emergiendo como una opción más respetuosa con el medio ambiente dentro del sector del almacenamiento de hidrógeno y la generación de energía. Esta variante del hidrógeno se produce principalmente a través de un proceso conocido como reformado de metano con vapor (SMR), donde el gas natural es la principal materia prima. La característica distintiva del hidrógeno azul radica en su enfoque de captura y almacenamiento de carbono (CAC). Durante la producción, las emisiones de dióxido de carbono se capturan y almacenan bajo tierra o se utilizan en otras aplicaciones industriales, lo que reduce significativamente la huella ambiental asociada con la producción de hidrógeno.
La relevancia del hidrógeno azul se extiende a varios ámbitos, incluidas las soluciones energéticas más limpias, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el fomento de procesos industriales sostenibles. Por ejemplo, en las centrales eléctricas en las que se utiliza hidrógeno como combustible, optar por el hidrógeno azul puede suponer una disminución considerable de las emisiones de carbono, lo que lo convierte en un paso fundamental para lograr la neutralidad de carbono. Además, en sectores como el transporte, especialmente en los vehículos de pila de combustible, el hidrógeno azul sirve como una alternativa más limpia a los combustibles fósiles, lo que pone de manifiesto su importancia para allanar el camino hacia un futuro energético sostenible.
La integración del hidrógeno azul en las infraestructuras energéticas existentes subraya un compromiso con la gestión medioambiental sin comprometer las necesidades energéticas de la sociedad actual. Se encuentra en la intersección de la innovación y la sostenibilidad, ofreciendo un puente hacia una economía del hidrógeno totalmente verde, al tiempo que aprovecha las capacidades tecnológicas y de infraestructura actuales.
